La vida pasa para todos, y al final, nadie es ajeno a los cambios, a veces para bien, a veces para mal, que la vida trae consigo.
Hace ya unos nueve meses que comencé a escribir este blog, colaborando así con esta empresa y haciendo mío su objetivo: enseñar un Londres diferente a las muchas personas que lo visitan cada año, y, navegando por sus calles, sus gentes, y su historia, sacar a la luz las pequeñas joyas que la ciudad atesora.
Lamentablemente, el crecimiento inevitable de esta joven empresa, hace que uno tenga que centrarse en asuntos más relevantes y deje de lado otros aspectos, que, por otra parte, son los que más le llenan al final del día.
Este blog, es un claro ejemplo, y como muchos habéis notado, durante las últimas semanas me he mostrado más ausente de lo que me hubiera gustado. Desde aquí gracias a todos por vuestros mensajes de apoyo y si hay algo que quiero dejar claro es que el blog no va a cerrar ni mucho menos, aunque si me veré obligado a escribir con menos frecuencia que en meses anteriores.
Eso sí, ya que lo haré en pequeñas dosis, que por lo menos sea trayendo propuestas de calidad. Como la que os traigo hoy.
Hace un par de días tuve la oportunidad de asistir al aniversario de un colectivo que en poco tiempo ha crecido como la espuma en los aledaños de Kingsland Road, cerca de la estación de Overground de Dalston Junction.
Se trata de la agrupación de artistas Passing Clouds, cuyos headquarters se encuentran cerca de la citada calle, para ser más exactos, en una pequeña warehouse en el número 1 de Richmond Road.
Dicho colectivo aboga por un desarrollo sostenible y por un futuro mejor para todos a través de la mezcla de culturas (Londres es quizá el lugar idóneo para esto) y de la expresión artística. Es por eso que ofrecen su local como plataforma para numerosos artistas locales, y que usan sus escenarios, paredes o salas para expresarse y mostrar a la gente sus creaciones, dándoles así una oportunidad que de lo contrario se les negaría. Es posible que el trillado, mega turístico y overrated Café 1001 de Bricklane comenzase como algo así hace tiempo.
De todas las actividades que se programan a diario en esta sala de dos plantas llevada casi en exclusiva por voluntarios, una de las que más sorprende por lo general, es la que se lleva a cabo los Domingos a partir de las seis y media de la tarde, y a la que como he dicho, tuve el placer de asistir hace un par de tardes.
Y es que los Domingos se organiza la llamada The People’s Kitchen, una jornada en la que cualquiera puede participar, y en la que el objetivo es el de enseñar cómo realizar una buena gestión de los recursos alimenticios. Para ello, se recolectan todos los excedentes de comida de ese día provenientes de los restaurantes y comercios de la zona, y con ellos se cocinan distintos platos que a partir de las seis y media como ya he dicho, se ofrecerán a cualquiera que se pase por allí, de forma totalmente gratuita, aunque se incita a los comensales a ofrecer una donación que por lo que yo vi, raramente excedía las dos libras. Vamos, que puedes ir allí a comer por la cara.
Una vez acabada la cena (durante la cual nos ofrecieron champán y cerveza de jengibre), y una vez el personal había terminado de recoger (aquí cada uno lava su plato), se despejó el escenario y dio comienzo una sesión de jamming, en esta ocasión con músicos africanos como protagonistas, que acercaron sus cantos, danzas e instrumentos a nosotros, los fríos europeos.
Una velada por lo tanto que mereció la pena, no solo por la comida, que estaba bastante bien, sino por compartirla con toda la gente interesante que allí conocí, y formando parte de una idea que, si bien parece un poco obsoleta y con olor a naftalina, hace que uno se sienta bien pensando en que puede haber un mundo mejor.
Aquí os dejo un par de enlaces…
…y algunas fotos:
·Y para demostrar que los esfuerzos tienen su recompensa, la web de viajes Tripadvisor ha reconocido a London Incognito con el Certificado de Excelencia turística para este año 2011, el cual luce lustroso en nuestras oficinas. Gracias a todos los que ya habéis descubierto Londres de una forma diferente y os habéis molestado en dejar vuestros comentarios en dicha web. Y sobre todo, gracias a Julie Miquerol, sin la que nada de esto habría sido posible.